Actualmente, el ex convento se encuentra presentando murales con las paredes despintadas y llenas de polvo, incluso en horas de la noche es utilizado como urinario por los transeúntes.

Los arcos ojivales del monasterio, cuna de nacimiento de la ciudad, están cubiertos por gigantografías con publicidad comercial, se puede observar que estas se encuentran rotas y despintadas, dando así un mal aspecto al centro histórico de Chiclayo, y a la vez dejando de lado la puesta en valor del monumento.

También ha sido utilizado varias veces como centro de reuniones de festividades, sabiendo que su estructura está deteriorada, exponiendo a miles de personas que estaban en dicho lugar. Incluso hoy en día el lugar está siendo ocupado por el colegio nacional San José y es preocupante, ya que, en cualquier momento puede colapsar dicho lugar y perjudicando a las personas que estaban dentro del monumento.